Desde que Hannah Arendt enarbolara al amor como esencia del espíritu revolucionario, desde que la contracultura de los sesenta lo reivindicara como fuerza subversiva, este impulso originario de la condición humana ha tenido que irse sacudiendo el casposo romanticismo que lo reduce a emoción plana, narcotizante. El título de la exposición Don’t You Think It’s Time For Love? en el Museo de Arte Moderno de Moscú es tomado de la acción homónima que la artista […]