En el universo pictórico de Santiago Ydáñez la nieve nunca es virgen, los niños no son inocentes, lo humano tiende al bestialismo, la estatua adquiere morbidez carnal y la carne viva se momifica. Lo animal oscila entre la ternura y lo monstruoso, deviene metáfora inquietante como el paisaje invernal, idílico y a un tiempo atroz. Coleccionista nato y amante de las tallas barrocas, Santiago no escatima visitas a iglesias surtidas de vírgenes y magdalenas en […]