La publicidad y la pornografía han hecho que la conversión del sujeto en objeto (decorativo o sexual) adquiera connotaciones degradantes, pero la cosificación del cuerpo humano va ligada a la historia del arte, ha sido su leitmotiv durante siglos.
Si en la historia de la pintura repasamos la evolución del tratamiento del desnudo o del encuadre intimista que espolea la libido del espectador-voyeur, podemos estudiar cómo los parámetros del pudor van cambiando con el transcurso del tiempo así como el propio concepto de intimidad.
Alejandro Casanova lleva años retratando a personas de su entorno y a sí mismo en el espacio doméstico. A una de estas series la llamó Objeto al desnudo, como apuntando a esa necesidad de objetualizarnos, de tomar distancia de nosotros mismos, para entender lo que nos ocurre a flor de piel.
El gesto involuntario, el lenguaje del cuerpo cuando solo es cuerpo, el silencio que tensa la atmósfera, el hastío, el tormento de la carne… son temas que han ido hilando sus narraciones sin guión, como si Alejandro partiera de la edición de tiempos muertos, de fotogramas desechados.
P- En la serie que ahora presentas en HellGallery, “Image thief”, partes de fotos que circulan por la red, en foros donde el hurto de imágenes ajenas es casi su razón de ser. Al detenerte en cada una de ellas, por el tratamiento artístico que les das, adivinamos tu empeño por resarcir el misterio del desnudo y la intimidad, tras haber sido banalizados por el morbo que exacerba el anonimato en los nuevos medios.
Es verdad que el acceso a la intimidad ajena ha tomado un extraño cáriz de unos 15 años a esta parte. Por un lado el narcisismo ególatra que se regala a la deseosa audiencia y por otro la rápida, libre y accesible circulación de información.
Como bien dices estos factores, y seguro que muchos otros, han banalizado al extremo la idea de cuerpo, intimidad e incluso de artificio. El torrente de imágenes robadas es tan caudaloso y brutal, que un consumidor puede fagocitar sin limites y sin ningún tipo de criba. Pero no solo intimidad, cualquier tipo de comportamiento humano tiene su hueco dentro de este cajón de sastre, desde el mas tierno amor a las mayores oscuridades del alma humana, y todo ello desde la trivialidad.
P- Realizados a la acuarela, y en un formato que rememora la inmediatez casera de las polaroid, parecen transmitir esa liquidez de las redes y la pátina irreal de lo realizado cuando creemos que nadie nos mira, o cuando lo que debería haberse mantenido oculto es profanado.
Como te comentaba en la pregunta anterior el caudal de imágenes es enorme, pero en general mantienen la estética sucia de la inmediatez, de la foto de móvil, esa imagen brumosa, muchas veces carente de luz y con planos imposibles. Esa es la estética que me interesa y de la cual me apropio desde la mirada pausada del pintor.
P- En trabajos anteriores, a pesar de la aparente naturalidad que asumen las figuras, preparabas la escenografía al detalle. En esta ocasión, imagino que ese paso previo de dirección de escena no tiene lugar, pero ¿tratas de ser fiel a la imagen encontrada o también aquí “re-fotografías” mentalmente cada imagen: suprimes, añades, reencuadras, reinventas…?
El proyecto parte de una búsqueda larga y ardua de imágenes, no todo es “pintable”, no estableces conexión con cualquier estampa. Aún así si yo no realizara ninguna manipulación de la imagen original la obra carecería de interés para mí. Evidentemente reenmarco, modifico y jerarquizo. En si mismo el acto de pintar introduce estas variables, forma parte del proceso creativo.
P- Desde Pierre Bonnard a Eric Fischl, pasando por Hopper y Lucian Freud… Cada uno a su modo habló de la impenetrabilidad del ser, la soledad aún en compañía, el extrañamiento del entorno familiar, el erotismo… Mirando el conjunto de tu obra diría que todos ellos se han contado entre tus referentes en algún momento.
En las primeras fases de mi formación Freud era el bastión de la figura, pues mantenía la estética reconocible del sujeto que te anclaba a tu bagaje neófito, y por otro lado se introducía en las narrativas de la modernidad. Como no iba a ser referente! Tanto Lucian como Bacon son básicos para cualquier pintor figurativo en formación. Pero también los pintores españoles del siglo XIX y XX y su tratamiento del color, las carnaciones y la pincelada: Pinazo, Sorolla, Fortuny o Moreno Carbonero.
Fischl me introdujo en el tratamiento de lo cotidiano y la base fotográfica, desde un tratamiento y estética impecables su serie El Proyecto de Krefeld me impactó profundamente como pintor. Pero muchos más, como la mirada sosegada y perversa de Balthus (recomiendo leer sus memorias), las figuras objeto de Euan Uglow. Hay tanta pintura buena que gozar y de la que apropiarse que podría estar horas.
Sobre Hopper es un autor que jamás me ha interesado, es curioso que siempre se me relacione con él, pero no guardo ninguna conexión o cariño a su trabajo.
P- Tradición a la que ahora añades este nuevo capítulo, el de la intimidad que nos birlamos unos a otros. Decía Tomás de Aquino que, entendida como esencia sagrada del ser, la intimidad precisa de auténtica relación humana para existir. ¿Podemos decir pues que la propia palabra corre el peligro de quedar obsoleta, no sólo al ser engullida nuestra privacidad por el gran hermano tentacular que es la web sino porque el individualismo y alienación dominantes la rehuyen llamando, pro el contrario, al exhibicionismo?
Mi fe en la humanidad es infinita. Nuestro catastrofismo es propio de nuestro miedo. Quien sabe si “regalarnos” hasta en los momentos mas íntimos nos lleva a una sociedad carente de superficialidad o el hurto de la misma nos lleva en un efecto rebote al ostracismo. Sea como fuere tendremos tiempo de verlo y si somos inteligentes de disfrutarlo.
Anna Adell
La exposición “Image Thief” de Alejandro Casanova
se puede visitar en Hell Gallery, Barcelona, del 4 al 13 Mayo 2017
Organizado conjuntamente por Agency3 Gallery y Hell Gallery
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