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Avelino Sala; viviendo días extraños

Las mejores utopías son las que fracasan porque hasta el mejor de los deseos lleva inscrita una doble carga, positiva y negativa, de imprevisibles consecuencias. Fredric Jameson lo ejemplifica con la novela de Ursula LeGuin La rueda celeste, donde el deseo de frenar la superpoblación conduce al exterminio.

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A de Anarquía 2015. Exposición The Global Symbol.2017. Centro Niemeyer (Avilés)

Sin necesidad de recurrir a la ciencia-ficción, la historia está plagada de perversiones de ideales colectivistas y de desviaciones neofascistas del sentido de pertenencia.

Al señalar la ambigüedad del impulso utópico Fredric Jameson no pretende rechazarlo, al contrario: no hay alternativa a la utopía (explica en Arqueologías del futuro) cuando la distopía del libre mercado arrasa con los avances sociales, las medidas ecológicas y, en definitiva, con todo lo que se interponga en su camino.

Avelino Sala a menudo sugiere ese doble forro de la utopía, que vira en distopía al formalizarse. Para ello recurre a la ambivalencia de lemas y símbolos, a su vaciamiento de sentido, mostrando asimismo la sustitución de los actos por sus efectos, de la política por el ilusionismo.

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Amanecer dorado 2014.

P- Cuando usas parafernalia deportiva, cuando lo lúdico deviene instrumento represivo (bates y guantes de baseball rubricados por los grandes de la industria armamentística, sticks de hockey grabados con títulos de novelas distópicas…), pienso en aquella distopía de los 70’s, Rollerball: una corporación global mantiene al pueblo obnubilado con un deporte atroz que le permite seguir moviendo los hilos. Oligarquía en la sombra, violencia sublimada, branding internacional con la excusa del deporte…, todo está ya aquí…

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The catchers 2016

Exactamente, todo esta aquí. En estos últimos años, estas piezas que mencionas y en las exposiciones que he preparado hablo de eso, de que la realidad, la actualidad, el contexto occidental en el que desarrollamos nuestras vidas es un medio distópico per se, un lugar en el que ese futuro ya nos ha alcanzado. Entonces voy a otra distopía, Cuando el destino nos alcance (Soylent green), basada en la novela Hagan sitio, hagan sitio de Harry Harrison, donde debido a que sobran humanos en el mundo, hay muertos voluntarios que sirven de alimento para el resto de población. Todo esto venia dado por una catástrofe ecológica, pero donde una oligarquía comía verduras y frutas mientras que el pueblo llano se comía a “sí mismo”. Vemos que casi todas estas tramas se acercan a la realidad. El destino nos ha alcanzado, las noticias no son alentadoras, todo puede ir a peor. Vivimos el desastre ecológico, el desmán político, las diferencias primer/resto del mundo, el recrudecimiento de los extremismos de derechas, el populismo, el retorno a un lugar transitado otras veces, en otros tiempos. Acabaremos viviendo Días Extraños.

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Burning world 2018

P- La pátina dorada de algunos de esos objetos dan una sensación fantasmagórica, como el brillo de una estrella extinta, como el fantasma de Europa. También nos recuerdan las superficies sin densidad de este mundo hiperreal en el que vivimos, donde todo es mapa y ya nada territorio (recordando otra obra tuya).

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Give me shelter 2016

Es que esa idea de un espacio común, como puede ser la Union Europea es un camelo de dimensiones monumentales. Lo único que unifica es lo económico, lo que vertebra, pero en el resto nada de nada. Las políticas de la UE en materias de fronteras son un verdadero desastre…por otro lado desde hace tiempo anda rulando por Europa Steve Bannon, aquel asesor de Donald Trump, un ultraderechista de los duros, pretende lanzar un partido de la ultraderecha europea en las próximas elecciones, juntando a todos los grupos de cada país…Me interesa trabajar con simbolos (el dinero, las banderas….) porque a través de ellos se pueden deconstruir esas ideas de nación, o supranación y darle la vuelta, enseñar las partes oscuras.

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Walk to the end of the world. 2015 ADN Platform (ADN Gallery)

P- Algo que comparten muchas novelas distópicas es la prohibición de ciertas lecturas. A diferencia de Fahrenheit 451, en Rollerball no hay prohibición explícita pero cuando el protagonista quiere saber más se da cuenta de que los libros han sido purgados y migrado a un cerebro informático. Lo terrorífico es ese “no darnos cuenta” de la colonización mental que nos va carcomiendo. Tus barricadas de libros apuntan al riesgo de perder este último bastión de resistencia, el pensamiento. Aunque el blindaje te sirve para hablar tanto de la resistencia como de la opacidad del poder.

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Funeral Pyre 2012 (video frame) Matadero Madrid

Hace unos años acabamos quemando una de esas barricadas en Matadero Madrid. Aludíamos a esas prohibiciones de lecturas, a las purgas de libertad y también a la resistencia obrera de la barricada de neumáticos. Bueno, las piezas en la mayoría de los casos tienen diversas capas de lectura, como una cebolla. A veces, esas diferentes capas pueden ser incluso de significados que podríamos entender como opuestos. Blindarse/blindarnos es un ejercicio artístico que puede dar lugar a interpretaciones diversas cambiando sencillamente de punto de vista. En 2015 presentamos en ADN platform la tortuga de escudos antidisturbios, esa era otra pieza ambigua, el Estado como algo impenetrable, transparente pero inamovible. Sabemos que el Estado no es ni una cosa ni la otra. Un objeto represivo como es un escudo antidisturbios, tiene una carga simbólica de por sí apabullante.

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El enemigo está dentro, disparad sobre nosotros 2008 (neón). Instalación en La Laboral

La otredad, ponerse en el lugar del otro, es básico en mi obra: que la obra sea solo el principio de una narración, y que cada uno le aporte material para terminarla.

P- La manipulación del pasado por parte del poder también es un tema que sueles tratar, sea desvelando la imposición de ciertos símbolos en el espacio público (El enemigo está dentro, disparad sobre nosotros), sea reivindicando la construcción de una memoria alternativa que recoja el potencial liberador del gesto subversivo (Museo arqueológico de la revuelta). Repensar el pasado es el único modo de no acatar un futuro preprogramado.

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®evolution, 2014. Sombreros de Panamá hechos con la colaboración de los sombreros Kauffman de Panamá. Cortesía ADN Galería

La memoria de lo que ha ocurrido y de lo que ocurre forma parte de mi discurso. Desde la memoria historica (el pasado franquista y la revuelta del 34 en Asturias como última revuelta obrera en nuestro tiempo) que afectó directamente a mi familia en diversos episodios, algunos de ellos documentados por la Historia, hasta la memoria de nuestro tiempo. Ese museo de una arqueología actual (algo absurdo, pues es contradictorio en términos) genera dos lecturas. Por un lado, la elevación de unas piedras al carácter de obra de arte, a través de la acción de incluirlos en una obra de arte. Esas simples piedras recogidas en manifestaciones son sólo eso, piedras. Por otro lado, la relectura de la historia desde otra perspectiva, narraciones (otras) que no son las oficiales. Porque quizás para que siga existiendo la memoria distinta ha de haber gestos que como tú bien dices son subversivos.

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Mirror Stage. 2018 (detail). Cortesía ADN Galería.

P- El Avelino más vandálico tunea escudos antidisturbios. Al Avelino más lírico lo encontramos en los materiales más frágiles (plumas de Ícaros caídos). Al más romántico cuando haces que el trabajo del obrero sirva a su propia causa: pasamontañas de paja salidos de la misma fábrica ecuatoriana que los sombreros panamá, o la A de Anarquía en mármol de Carrara, donde aún resiste un reducto anarquista. En tus curadurías (vas a co-comisariar la feria Marte 2018) ¿valoras ese mismo espíritu combativo, utópico, poético?

Claro, me fijo en otros artistas que coinciden de alguna manera con mis intereses. Así que es normal que valore la obra de gente como PSJM, Eugenio Merino, Nuria Guell, Nicolas Laiz, Luna Bengoechea, Alan Carrasco…y muchos otros que podría nombrar. Tienen en común entender el arte como una herramienta para hablar de nuestra sociedad desde muy diferentes perspectivas, pero todos confluyen en hacerlo con cierto carácter combativo y a la vez poético.

avelino sala - silencio - le bastart
La verdad se corrompe con el silencio, 2017. Baraja de poker bañada en oro de 24 K. ADN Galería

P- El silencio es sospechoso. En “La verdad se corrompe con el silencio” (2017) parangonabas la política con trucos de magia. En tu último video, finalista de Loop Discover 2018, el silencio es más ambiguo: con un título que homenajea a John Cage (4 minutos 33 segundos de silencio), engranas minutos televisados de guardar silencio (en el congreso, en el campo de fútbol…) ¿no hay algo cínico en esos formalismos solidarios contra el terrorismo? ¿conllevan acaso “a change of mind, a turning around”, como decía Cage acerca del saber escuchar el silencio?

Últimamente me estoy acercando en las obras a artistas y piezas que me fascinan, utilizando los títulos de sus piezas como parte de las mías, como por ejemplo en el vídeo compuesto de vídeos de silencio, tomando de referencia a John Cage. Lo que me interesa es esa simbología (impostada) de guardar minutos de silencio en actividades sociales, públicas, deportivas etc. El otro día, viendo un partido, me pareció memorable la frase del locutor justo antes del minuto, comentó “vamos a escuchar el minuto de silencio”. Al final del día la mejor reflexión que he oído la hizo un tipo que narra un partido de fútbol, maravilloso.

 

Entrevista a cargo de Anna Adell

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