El collage es una labor lúdica capaz de burlar el falso absolutismo de las cosas, decía Max Ernst, porque al yuxtaponer realidades dispares éstas se relativizan de modo poético y subversivo.
Claro que Max Ernst aún no podía prever la actual invasión de collages informativos y desinformativos circulando a diario ante nuestros ojos, con lo cual el trabajo de artistas de tijeras y pegamento se complica.
El imaginario social, hegemónico y patriarcal ha sabido apropiarse del encuentro fortuito que proclamaban los surrealistas para colarse en el subconsciente colectivo y estandarizar patrones mentales, de modo que no sorprende que haya sido determinante la aportación de las mujeres para combatir esos estándares mediante el fotomontaje y el collage: reformatear el cuerpo, resetear el pensamiento, liberarlo de expectativas y condicionamientos…
Los personajes andróginos y trans-étnicos que componía Hannah Höch en tiempos dadaístas, la interpretación visual que realizara Grete Stern de angustias y trauma de amas de casa y secretarias, el apareamiento de recortes de revistas de decoración y fotos de guerra en Martha Rosler, las modelos de revistas porno con cabezas sustituidas por electrodomésticos en las pretty girls de Linder Sterling…
Aurora Duque desciende de este mismo árbol genealógico. Muestra las fisuras que esconden visiones simplistas de la vida y el amor, explora con ironía aspectos enfermizos en las rutinas de pareja, combate lo heteronormativo y practica hábiles desplazamientos semánticos.
P- Estos días estás participando en una exposición en Swinton & Grant, comisariada por Susana Blas y dedicada al Poema de Gilgamesh. Siendo ésta la narración escrita más antigua que se conserva, es revelador que hoy sigan primando los mismos temas (ansias de eternidad, celos como detonante de catástrofes, el valor de la amistad en el descubrimiento de uno mismo…) ¿Qué aspectos te interesaron a ti de esta epopeya?
Este es un proyecto muy personal de Susana Blas en el que ha involucrado a un grupo de artistas que hemos caído rendidos ante este poema y su propuesta. Algunos ya lo conocían; otros, como es mi caso, era la primera vez que nos acercábamos a él. El poema, como has dicho, contiene temas universales e impacta leerlo porque te das cuenta de que todos los sentimientos, miedos, valores que han sido contados una y otra vez a lo largo de la historia de la literatura estaban ya recogidos en él. Susana Blas mima a los artistas con los que trabaja y establece con ellos una relación muy personal. En mi caso tuvo claro, tras largas e íntimas conversaciones, que yo me encargaría de lo relacionado con la muerte del amigo y la búsqueda de la inmortalidad. De la epopeya me interesaba centrarme en el propio Gilgamesh, fuerte, déspota, poderoso y su transformación vital a través de su amistad con Enkidu.
La pieza que he presentado en la exposición se titula Ineludible (in)mortalidad, y está compuesta de trece collages y una escultura-collage. En ellas he trabajado de manera visceral y técnicamente de una forma que no es habitual en mí, donde ha primado más la idea de lo que quería hacer que el azar del collage, aunque este ha estado inevitablemente presente. Después de hablar con Susana decidí trabajar sobre la tablilla XI donde Gilgamesh pierde la planta que le dará la inmortalidad, su última oportunidad para alcanzarla, y se hace consciente de su realidad: es un hombre mortal. En el poema, llorando, se dirige al barquero Urshanabi: ¿[Para] quién, Urshanabi, mis manos trabajaron? ¿Por quién se gasta la sangre de mi corazón? Yo quería contestar a ese hombre derrotado y decirle que efectivamente es un hombre mortal pero que es inmortal por su poema. A la vez, se establece un diálogo con el espectador para que de alguna forma se sienta identificado con ese ser que se enfrenta por primera vez a la idea de su propia muerte. Por eso, la escultura de Gilgamesh que he realizado es intencionadamente asexual, no tiene marcas evidentes de ningún sexo, solo se ven órganos, vísceras y músculos.
Personalmente, para mí fue muy impactante el momento en el que fui consciente de que la vida se acaba, suena muy naif, pero cuando uno es joven ni se plantea que algún día pueda sobrevenir la enfermedad, ni mucho menos la muerte. Por otro lado, siempre he pensado que solo dejaremos de existir cuando dejen de recordarnos, por eso entiendo el momento de tristeza y la sensación de fracaso de Gilgamesh porque cuando pierde la posibilidad de ser inmortal no sabía que en el siglo XXI seguiríamos recordándole y emocionándonos con él.
Este ha sido un proyecto emocionalmente muy intenso para mí y estoy muy agradecida a Susana Blas por invitarme a participar.
P- Uno de los frentes en los que se ha desenvuelto tu obra es la lucha contra el binarismo de género. La teoría queer empezó a fraguar en los años 90 en círculos intelectuales pero la discriminación por orientación sexual sigue operando en lo jurídico y en lo social. ¿Es así?
Desgraciadamente la discriminación por orientación sexual sigue existiendo en todos los ámbitos. Somos muchos los que luchamos por la normalización y creemos que es necesaria la visibilización de la diversidad y pluralidad de géneros, identidades y orientaciones sexuales. Es un tema que me interesa y es una constante en mi trabajo. Creo que es necesario el compromiso y el trabajo conjunto con grupos activistas para, paso a paso, lograr una transformación social que se adapte no a nuevas realidades, sino a realidades que han existido siempre pero han permanecido ocultas o silenciadas.
En este aspecto, estoy muy orgullosa de participar en FREE WEE PROJECT, un proyecto cuyo objetivo es eliminar la diferenciación y separación por género binario en todos los baños públicos. El proyecto, al que se pueden adherir los locales que quieran, se presentó en Swinton &Grant con una exposición comisariada por Ricardo Recuero. Cada uno de nosotros realizó una imagen o icono que sirviera para identificar un baño público sin distinción de género. Cuando me propusieron participar, pensé en el mundo infantil, ¿cómo se debe sentir un niñx, con una identidad de género fuera de “lo normativo”, al ver un icono en un baño con el que no se identifica? De ahí surgió TransPotato, una escultura-collage realizada a partir de los conocidos Mr. y Ms. Potato, un juguete que se presta a jugar con mezcla de identidades de género pero que se sigue vendiendo por separado en versión hombre y mujer. Lo que hice fue crear un personaje con los dos géneros, cortando una mitad de Mr. y otra de Ms. Potato y pegándolas. Además, en ambas partes mezclé piezas tradicionalmente asociadas tanto al género masculino como al femenino, rompiendo así la simbología socialmente aceptada. El resultado fue un personaje con un género no identificado, divertido e iconográficamente reconocible para estar en servicios sin género binario, sobre todo, de centros educativos.
Otro proyecto en el que participé relacionado con la teoria queer fue la exposición Trans (Artística) Yo soy, organizado por la agrupación Antifaz en el WORLD PRIDE de Madrid, dedicada a las personas transgénero y que buscaba la reflexión y el acercamiento al conjunto de identidades que no se agrupaban dentro del binarismo de género. Uno de los objetivos era reivindicar la libertad de sentir el cuerpo y el uso de la estética para mostrar la identidad con la que queremos identificarnos. En esta ocasión hice un homenaje al emblemático Ocaña, una persona clave en el movimiento LGTBI de España y al que admiro profundamente, que con sus actuaciones públicas, frescas y “escandalosas”, su vestuario, maquillaje, reivindicaba la libertad de elección sexual. También de alguna manera, era un homenaje a todas aquellas personas que lucharon por la visibilización de otras identidades sexuales, en una dictadura en la que se les metía en la cárcel por ello.
P- La lucha feminista, en la que también estás implicada, es mucho más antigua, y parece que sigue siendo necesaria. Quizás dejaría de serlo cuando todas tuviéramos el valor de ser nosotras mismas en lugar de lo que la sociedad espera que seamos, como hicieron las mujeres a las que rindes homenaje en tus collages, desde escritoras a cabareteras (Elena Garro, Manolita Chen…)
Yo creo que las mujeres somos valerosas y poderosas, no creo que sea una cuestión de tener valor para ser nosotras mismas; sino que las mujeres han sido ocultadas, silenciadas por una historia heteropatriarcal a la que no le ha interesado darles visibilidad. Por eso considero imprescindible que, cada una con su propia voz saquemos a la luz y reivindiquemos a tantas mujeres olvidadas en todos los campos, no solo intelectual, literario, artístico, científico… también a las mujeres anónimas que han sido el motor de una sociedad que nunca las ha valorado. En mi trabajo la mención a la mujer y al feminismo es una constante, que considero casi una obligación como artista mujer, y hay muchos ejemplos de colectivos de mujeres guerreras, princesas feministas o collages que hacen mención a la necesaria sonoridad de las mujeres para que juntas podamos poner en marcha el cambio en esta sociedad que desgraciadamente es aún muy machista y, lo que es peor, ignora que lo es.
Formo parte de LA RECORTADA, que se define como colectivo feminista de collage y cuyo objetivo es precisamente dar a conocer a mujeres que la historia ha mantenido al margen. Cada miembrx no solo realiza collages sobre estas mujeres sino que investiga sobre ellas para acercarlas al público y hacer una labor de visibilización. Hemos realizado exposiciones sobre mujeres olvidadas en todos los ámbitos (mujeres en la II República, mujeres trabajadoras…) y tenemos en mente proyectos como centrar nuestra investigación en las mujeres de los barrios e impartir talleres de collage.
La Recortada ha realizado collages, entre otras, de María Lejárraga, María Teresa León, Rosa Sensat, Marcela Gracia y Elisa Sánchez, Ernestina de Champourcin, Federica Montseny, Marie Curie, Blair Niles, Emmy Noether, Elsa von Freytag-Loringhoven, Sophie Taeuber, Katherine Johnson, Dorothy Vaughan y Mary Jackson, Gerda Taro… mujeres al margen de una historia oficial escrita por hombres en la que se ha ocultado el enorme valor de sus acciones y logros, y solo ha primado la valoración (negativa) de su condición femenina.
También formo parte de la TERTULIA LA ROLDANA, un grupo de 10 mujeres artistas vecinas de Madrid. Es una iniciativa activa para abordar, desde distintos frentes, la revalorización de la labor de las mujeres artistas en España y Latinoamérica. El grupo recibe su nombre en homenaje a la escultora barroca sevillana Luisa Roldán, La Roldana (1652-1706). La Roldana tuvo su taller-vivienda en el mismo edificio del barrio madrileño de La Latina donde hemos decidido celebrar nuestras tertulias.
P- A veces te sirves de mitos griegos (Helios y Clitia, Eos y Titono…) para hablar de amores no correspondidos, de caracteres posesivos y destructivos, de la rebelde Aracne… Las mujeres no son inocentes y saben adaptarse al medio, camaleónicas, pasionales… ¿salvo cuando caen en la rutina del matrimonio?
Es verdad que cuando hago collages mitológicos siempre destaco el lado femenino del mito y siempre, casi inconscientemente, me fijo en las mujeres fuertes y poderosas, quizá porque la mitología no ha tratado muy bien a las mujeres, muchas de ellas violadas o secuestradas por dioses caprichosos y violentos, y muestro a las mujeres mitológicas más rebeldes y destructivas.
En cuanto al matrimonio, no creo que esa “institución” sea el problema, aunque para mí personalmente el concepto de relación vaya más allá de la pareja tradicional. En mi serie Amantes trabajo de una forma irónica con otros tipos de relaciones fuera de las relaciones convencionales, en muchos casos relaciones en las que el patrón de comportamiento sexual se encuentra en objetos, situaciones, actividades o individuos atípicos.
Lo que me cuestiono es ese amor romántico que nos han enseñado que es el más preciado y que cualquier mujer debería anhelar. Trabajando este concepto participé en la exposición En lucha común De mujeres y de hombres feministas, comisariada por Susana Blas y Tonia Trujillo con un trabajo de 11 collages que se titulaba Esto NO es amor quien lo probó lo sabe donde partía de la idea de la culpabilización de la mujer como el elemento de la pareja que se deja dominar, avasallar y maltratar, sin tomar en consideración la ilusión por construir un futuro y la emoción de creer en palabras y gestos. Y hacía una crítica de la sociedad que sigue estigmatizando a las mujeres maltratadas como si fueran ellas la raíz del problema; culpabilizándolas de haberse dejado llevar, de haberse lanzado en brazos de la violencia, de no saber reaccionar o salir de su infierno. Utilicé el poema de Lope de Vega Esto es amor, quien lo probó lo sabe, que aborda sentimientos habitualmente reconocidos como esenciales en el amor y entre los que se encuentran el daño, el sufrimiento, la tristeza, la sumisión. La dicotomía del amor descrita en el poema se acepta como natural cuando en realidad es una construcción social: estar furioso-tierno; difunto-vivo; leal-traidor; enojado-satisfecho, para terminar aceptando que hay que amar el daño y dar la vida. Todo en nombre del amor.
P- Pudiéndose hacer virguerías con la edición digital, ¿te tienta abandonar el collage analógico?
No podría vivir sin el frío de las tijeras en mis manos, el sonido del rasgado del papel, el olor del papel viejo, la paciencia y el momento de intimidad para buscar imágenes, lo azaroso de este proceso… Sé que las posibilidades de lo digital son enormes, pero necesito el trabajo manual. Sí me tienta introducir otras técnicas en los collages: tinta, acuarela. Y el collage en instalación, en tres dimensiones…
P- ¿Qué llega primero la idea o el hallazgo azaroso? Imagino que el azar interviene a menudo en el resultado de un collage.
Pues depende del proyecto en el que esté trabajando. En LOS DÍAS CONTADOS, que es un proyecto colectivo creado por Álvaro Sobrino y al que debo mi pasión por el collage, prima el azar. En este proyecto todos los integrantes tenemos la misma imagen diaria y hacemos un collage con él. Aquí me dejo llevar por el azar, no pienso a priori en lo que quiero hacer, y eso es realmente mágico, porque empiezo con una imagen, muchas veces imposible o que yo nunca hubiera elegido, y va cobrando poco a poco vida propia. Para mí es un momento casi terapéutico, en el que solo estamos mis recortes y yo. A lo que doy mucha importancia y que carga de contenido el collage es al título, dedico mucho tiempo en pensarlo y con él aparece la ironía, la crítica, la sátira.
En otros proyectos en los que hay un tema concreto, como por ejemplo con el poema de Gilgamesh, tenía una idea de lo que quería hacer, de las imágenes que quería que estuvieran en el collage. Lo costoso de ese proceso es que tienes que buscar las imágenes y para eso dedico mucho tiempo a ojear revistas, papeles viejos, libros, etc. Claro que de alguna forma el azar es parte intrínseca del collage. Nada es imposible con el collage: el surrealismo, el mundo de los sueños, la fantasía… todo está presente.
Entrevista a cargo de Anna Adell