alicia burrieza marquise Louisa de la valliere

Alicia Burrieza, porno chic rococo

Engraving and eroticism interlace their paths throughout art history: from I Modi illustrated by Aretino and Renaissance engraver Marcantonio to the twilight lust of Félicien Rops, or the least publicized etchings of Rembrandt (monks rapists, hot scenes in canopy beds…) without forgetting the Shunga woodblock prints of Edo period, excellent marriage of explicit sex and refinement.

alicia burrieza - rococo - le bastart
Louis XIV et Philippe d’Orleans avec Mme. Montespa

Refined and explicit also aims to be Alicia Burrieza’s porno chic rococo in these boudoir scenes series of eighteenth-century setting, resolved combining techniques of etching, aquatint and drypoint.

We arrive to Versailles of Louis XIV by the back door, we catch out him and his nephew Felipe de Orleans distributing between them holes of Madame Montespan. With his look of shipwrecked pirate, little remains of elegant aspect of the Sun King left to us by the camera painters.alicia burrieza - rococo - le bastart

The king lovers, far from being jealous from each other, delight in lesbian explorations or lay in chaises longues caressing priapic phalluses. Ithyphallic candlesticks illuminate the palatial lounges, but worship to phallus isn’t as a symbol of fertility but joy.

Amazons, jugglers, dominatrix, onanistic, zoophilic … parade under the box seats of opera houses, are hidden or exhibed themselfs behind velvet draperies. Antique frames dignify the scenes.

alicia burrieza - cabaret - le bastart
Cabaret mécanique

Alicia is not interested in royal jobberies, in private and public lives of those courtiers who reigned before French Revolution burst the bubble of hedonistic unreality floating in it. Nor is her intended caricaturing marquises and rulers as did the Becquer with the Bourbons, but merely extract the lubricious juice of a twilight period, an ode to rococo spirit, fantasy, fetish, libertine.

The exhibition can be seen until June at the Madrid cocktail bar Santa Maria, former brothel, remodeled with vintage elegance.

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Alicia Burrieza, porno chic rococo

El grabado y  el erotismo entrelazan sus caminos a lo largo de la historia del arte: desde Las maneras ilustradas por Aretino y el grabador Marcantonio en pleno Renacimiento hasta la lujuria crepuscular de Félicien Rops, pasando por los aguafuertes menos publicitados de Rembrandt (monjes violadores, picantes escenas en camas con dosel…), sin olvidar las xilografías Shunga del periodo Edo, excelente maridaje de sexo explícito y refinamiento.

alicia burrieza - rococo - le bastart
Louis XIV et Philippe d’Orleans avec Mme. Montespa

Refinado y explícito pretende ser también el porno chic rococó de Alicia Burrieza en esta serie de escenas de tocador de ambientación dieciochesca, resueltas combinando las técnicas de aguafuerte, aguatinta y punta seca.

Llegamos al Versalles de Luis XIV por la puerta de atrás, lo pillamos a él y a su sobrino el insaciable Felipe de Orleans repartiéndose los orificios de Madame de Montespan. Con su facha de pirata naufragado, poco queda del aspecto encopetado del Rey Sol que nos legaron los pintores de cámara.alicia burrieza - rococo - le bastart

Las queridas del monarca, lejos de recelarse unas a otras, se deleitan en exploraciones sáficas o se tumban en chaises longues acariciando falos priápicos. Candeleros itifálicos alumbran las estancias palaciegas, aunque la adoración al falo no es aquí en tanto símbolo de fertilidad sino de gozo.

Amazonas, malabaristas, dominatrix, onanistas, zoofílicas… desfilan bajo los palcos, se ocultan o se exhiben tras cortinajes de terciopelo color burdeos. Los marcos antiguos dignifican las escenas.

alicia burrieza - cabaret - le bastart
Cabaret mécanique

A Alicia poco le interesan las intrigas de salón, las vidas privadas y públicas de aquellos cortesanos que reinaron antes de que la Revolución Francesa reventara la burbuja de irrealidad hedonista en la que flotaban. Tampoco pretende caricaturizar a marqueses y gobernantes como hicieran los Becquer con los Borbones, sino que se limita a extraer el jugo lúbrico de un periodo crepuscular, una oda al espíritu rococó, fantasioso, fetichista, libertino.

La exposición podrá verse hasta junio en la coctelería madrileña Santa María, antiguo prostíbulo, como no, remodelado con elegancia vintage.

Anna Adell

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