Todo es circular hasta que deja de serlo es el título de un video de Rosana Antolí, a la vez que podría resumir su filosofía vital, ergo, su quehacer artístico. Darle al hula hoop hasta que cae al suelo, repetir unos mismos trazos sobre el papel a sabiendas de que nunca serán los mismos, involucrar en ese trazo todo el cuerpo transformando el lienzo en pista de baile…

La lucidez que, a decir de Camus, Sísifo vislumbraba cada vez que llegaba a la cima, instante de triunfo sobre la roca que precede al descenso, es lo que Antolí expresa como “segundos de resistencia” antes de la irremisible caída, encontrando placer en lo improductivo del esfuerzo, en la “utopía del momento”.

El cuerpo conserva siempre la delantera, reflexiona Camus, su destino le pertenece. La rebeldía estriba en no derrumbarse ante la lógica de un mundo ilógico, al contrario, disfrutar de esa ausencia de trascendencia, aferrarse al absurdo como reducto de libertad.

Las acciones coreográficas de Antolí, al descontextualizar gestos cotidianos e integrarlos en la palestra artística, nos recuerdan a veces los paseos tragicómicos que Bruce Nauman emprendía entre las cuatro paredes de su estudio. Pero ese poso beckettiano, el automatismo que nos conforma, el loop existencial… no lleva a Rosana a embarrarse en el fango nihilista.

Vista en conjunto, la obra pluridisciplinar de esta artista parece partir de un mismo pulso, el del dibujo, que se expande por el espacio y por el tiempo, que es atravesado por distintos ritmos, cíclicos y lineales, individuales y grupales, de modo que pasamos del plano bidimensional al escultórico y performático, del espacio galerístico al urbano, del movimiento consensuado al instintivo, del mecanismo motorizado al arabesco excéntrico (Chaos dancing cosmos).

El componente participativo tiende a diluir el colapso individual en pos de una poética del fracaso compartido, transformando el espacio en partitura, a los objetos en medidores intuitivos del tempo estableciendo simbiosis con los cuerpos.

En su modo de centrarse en el ademán básico, en lo reiterativo del gesto inconsciente, se ha inspirado en la música minimal, en sus ritmos cíclicos con sutiles variaciones, pero también en el scratching y otras técnicas de DJ que alteran el tiempo lineal. E incluso en fórmulas matemáticas, que en F=P.e/1 (su obra ganadora del Premio Generación 2017) se concretan en el espacio como constelaciones de cuerpos en suspensión, en precario equilibrio, concebidos para interactuar con movimientos coreográficos de performers. Movimientos pendulares, ritmos sincopados, baile, pausa, reproducción.

Al reducir el movimiento a la mínima expresión, al despojar los actos de toda intención, resta familiaridad al gesto más trivial, lo que casi permite examinarlos como fonemas disociados del lenguaje.  A partir de ahí realiza estudios sociológicos aplicados a determinado barrio o grupo social (como en la base de dados que realizó de gestos reiterativos según profesión, tribus urbanas, etc. en Virtual Choreography), o bien, hace de la inercia corporal un instrumento anárquico, un arma de protesta (Agency without intention) o, simplemente, nos invita a desincronizarnos de nosotros mismos por un rato.

Un ejercicio curioso fue su propuesta a los visitantes (UV Studios, Buenos Aires) de seguir las instrucciones dadas por un ordenador sobre cómo besar. Los participantes se pusieron los cascos y sus ademanes exteriorizaban su obediencia a la voz electrónica. En Las sirenas escupen foxtrots de amor (sugerente título de esta video-performance) confluye su interés en aislar el fragmento gestual hasta desnaturalizarlo con su voluntad de confrontar lo impulsivo con lo maquínico.

La pasión del beso reducida a acto protocolario, a pantomima. Llegados al punto cero del lenguaje podemos reinventarnos. En ese tomar conciencia de lo cotidiano (aquello que media entre lo natural y lo social) estriba el potencial revolucionario o, seamos discretos,  microrrevolucionario.

Anna Adell

– –

Exposiciones en curso:

– Individual “Rock it”, Espai Tactel, Valencia, hasta 17/02/2017

– Generaciones 2017,  La Casa Encendida, Madrid, hasta 16/04/2017

con  “F=p.e/1″  (con performance de Alejandría Cinque y Maria Durbá durante la inauguración)
Comisario: Ignacio Cabrero

– Feria ARCO, Madrid, 2017, con Espai Tactel, Opening Section, 22-26 Feb

.

.

.