Gonzalo Elvira entiende la historia como una compleja trama cartográfica, desarrollándose sobre un mapa sin bordes, sin norte ni sur, este u oeste, sin centro. Con paciencia infinita reproduce con aguja y martillo dibujos que simulan documentos de archivo: microhistorias que atraviesan continentes, acontecimientos paralelos bañando las aguas del Atlántico y del Mediterráneo, anarquistas que saltan de revolución en revolución y de cárcel a campo de concentración, los viajes reales y ficticios de las alumnas […]