Entre los maniáticos de la asepsia minimalista y los que cargan con el síndrome de Diógenes existen infinitas gradaciones. El espacio íntimo de una persona no siempre traduce su lógica mental, pero creo que en el caso de Arturo Bastón el barroquismo icónico congregado en las estanterías de su estudio nos puede dar indicios del tipo de espécimen que aquí presentamos. Sobre el escritorio, junto a la colección de películas de serie B de los […]