Seamos más o menos cinéfilos, es probable que si pudiéramos buscar a tientas en nuestro archivo psíquico encontráramos un sinfín de expedientes abiertos donde obsesiones de infancia y retazos de películas que nos marcaron se han emulsionado en un mismo carrete. La impronta fílmica ha ido asentándose en nuestro subconsciente. Aunque sería absurdo pretender discernir entre lo vivido y lo infiltrado por la fábrica de sueños, porque parte de lo que somos lo debemos a […]