juno calypso - subterranean kitchen - le bastart

Juno Calypso. Forever and ever…

                                                                                 Non fui, fui, non sum, non curo    (epitafio romano, máxima epicúrea: no existí, existí, no existo, no me preocupa)

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Immortal bodies, 2018 (What To Do With A Million Years) © Juno Calypso

El epicureísmo abordó con lógica aplastante la sinrazón de todos los miedos, entre ellos el miedo a la muerte, pues mientras existamos la muerte no está aquí, y cuando llegue, no existimos más. Epicuro de Samos desarmó la idea del destino, del determinismo, como una herramienta del poder para someter al pueblo, para atizar fanatismos, temores y falsos valores.

Pareciera que en nuestros tiempos seculares nos arrojemos de cabeza al carpe diem que el filósofo griego proponía: vivir aquí y ahora, sin el lastre de un más allá o sin aspirar a una gloria post mortem. Pero la frivolidad actual nada tiene que ver con un pensamiento en el que el placer ocupaba un alto rango, dado que estaba asociado a la sabiduría, a saberlo modular para lograr la felicidad.

juno caly
Rosemary’s Room 2018 (What To Do With A Million Years) © Juno Calypso

Las sociedades contemporáneas ni han renegado del más allá ni en ellas el bienestar espiritual es la vara de la felicidad. Hoy el placer no es ya aquello que expulsa ansiedades sino que las provoca. Cada vez son más los que aspiran a preservar sus cuerpos en tanques de nitrógeno líquido tras su muerte o a transferir su mente a un ordenador.

Juno Calypso, en su último proyecto fotográfico, maneja inquietantes reflexiones en las que se entrecruzan el miedo a la muerte, los mundos alternativos, el artificio, la cosmética, la soledad enajenante y las promesas de juventud eterna.

Así como hace unos años fue la fotografía de una suite de un hotel decadente de Pensilvania lo que le llevó a hacer las maletas para pasar una luna de miel consigo misma en aquel parque temático del amor, hoy extinto, también ha sido un encuentro casual del anuncio de venta de un búnker de lujo en un barrio residencial de Las Vegas lo que ha motivado su último viaje.

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A Clone of Your Own 2017 (What To Do With A Million Years) © Juno Calypso

El artífice de aquella casa subterránea era el director de los cosméticos Avon, que en los años sesenta, en pleno furor apocalíptico de la Guerra Fría, inició un negocio de viviendas-búnker haciéndose construir la propia y proveyéndola de todo lo necesario para no aburrirse cuando en el exterior la gran catástrofe nuclear traída por los soviéticos hubiera arrasado con el mundo conocido: jacuzzis, bar, pista de baile, piscina climatizada, barbacoa, jardín artificial y hasta simulación de luz solar y noche estrellada.

La vivienda se conservó intacta por décadas, como un yacimiento soterrado, a salvo de las inclemencias atmosféricas. Una cápsula de tiempo que fascinó a Calypso, ofreciéndole el entorno idóneo en el que a través de su personaje, la vanidosa pelirroja, vampirizara el fantasma de alguna antigua moradora de este limbo enlatado.

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Die Now Pay Later, 2018 (What To Do With A Million Years) © Juno Calypso

En The honeymoon, y antes con Joyce, la artista ya había explorado los excesos del cuidado de la imagen, la enfermiza obsesión por la auto-conservación, con estudiados encuadres fotográficos que acercaban las inquietantes atmósferas a la ciencia-ficción. Arcilla verde y máscaras faciales transformaban los cuerpos en alienígenas o autómatas; el extrañamiento se acrecentaba por la decoración kitsch y atemporal a tonos pastel, por el desdoblamiento de la imagen en múltiples espejos rodeando bañeras en forma de corazón, expresándose la tétrica sensualidad destinada a la auto-contemplación.

What to do with a million years es el título de su última serie, en la que sigue explorando los mismos temas pero llevándolos al paroxismo, porque los últimos inquilinos de esta burbuja sin tiempo cavada en el subsuelo, en cierto modo, habían llevado el sueño del empresario multimillonario a su culminación: de la preservación en vida (primero con las quimeras de la cosmética, después con el advenimiento de una existencia post-nuclear) a la preservación durante la muerte.

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A Cure For Death, 2018 (What To Do With A Million Years) © Juno Calypso

Se trataba de una misteriosa sociedad de adeptos a la criónica, cuyos panfletos Juno encontró en una vitrina de la casa subterránea y le inspiraron no sólo el título de la muestra, también varias de las escenificaciones que llevó a cabo en aquellas habitaciones preñadas de “vida eterna”: en una de las fotografías (Die now, pay later) vemos, sobre el suelo de la cocina, dos piernas envueltas en papel de aluminio asomando tras un mueble con molduras rosas; en How much life is enough? una mujer azul (no sabemos si es un espectro o se está haciendo un tratamiento con arcilla) nos mira a través del espejo del baño; en Immortal bodies, un cuerpo sumergido en la piscina parece conservado en formol.

A clone of your own, Rosemary’s room… son otros títulos que flirtean con los códigos del cine de suspense o de terror: la perfecta simetría compositiva, geometrías desquiciantes, la gama cromática reducida a rosas y azules lechosos… Nos sitúan en una encrucijada entre los guiños fílmicos a Kubrick o Polanski y la estética de un anuncio de lencería. Porque miedo y merchandising van de la mano. Todo el mundo quiere apropiarse del fin del mundo, decía Ross (el padre del narrador en la novela de Don DeLillo Cero K), un acaudalado inversor de Convergencia, una sociedad de creyentes en la inmortalidad cuya central de operaciones de criogenización para enfermos terminales se había edificado en un yermo olvidado de Asia Central.

Anna Adell

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How Much Life is Enough, 2018 (What To Do With A Million Years) © Juno Calypso

 

 

la exposición de Juno Calypso, What To Do With A Million Years
puede visitarse en la galería TJ Boulting, Londres
hasta el 23 de junio 2018

 

 

 

 

 

 

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