Somos seres de deseo, afirmaba Lacan, y como tales, incompletos. Nuestro deseo es ser objeto de deseo, ser reconocidos y completados por el Otro, un otro que él situaba en el inconsciente. Sartre también entendía el deseo como una carencia que solo en el plano imaginario puede resolverse. A propósito de Flaubert concluía que en la creación literaria es donde se puede vivir una vida de puro deseo, morando entre existencias etéreas cuya falta de […]