Winckelmann revolucionó la historiografía del arte volcándose en la mística de la contemplación erótica. La escuela de los artistas se hallaba en los gimnasios, escribe mientras se imagina a Fidias acudiendo al estadio para estudiar las armónicas proporciones de los atletas, sus músculos en tensión, la belleza coreográfica de las luchas en la arena… Asimismo, se figuraba a Sócrates en la palestra captando a jóvenes efebos a los que instruir en el arte de la […]