Imaginamos el taller de Carmen González Castro atestado de volúmenes de historia del arte esparcidos aquí y allá entre sus bártulos de pintura, cada página glosada con notas a lápiz, subrayados y tachones. Porque su cometido artístico siempre ha sido peinar esa historia a contrapelo, apropiándose de determinados recursos pictóricos o ciertos mitos fundacionales para reescribirlos con pulso propio. Su espíritu lúdico y transgresor la lleva a detenerse en las técnicas más ingeniosas que ha […]