En l’heure bleue los animales nocturnos ya se fueron a dormir y los diurnos aún no despertaron. El entomólogo Jean-Henri Fabre hablaba de esta hora mágica como momento privilegiado para observar la naturaleza en calma, previo al desfilar de escarabajos acorazados y otros aguerridos insectos sobre los que fabulaba como si de etnias exóticas se tratara. Durante la hora crepuscular las formas se desdibujan, nada permanece, las sombras avanzan. El pensamiento fluye y mira hacia […]