marcel dzama - flowers have horns - le bastart

Marcel Dzama, haz el amor… y la guerra

Una casita de madera en un bosque canadiense poblado de arces y osos polares, aislada del mundo salvo por las noticias macabras que vomita una radio como si hilara al azar fragmentos de cuentos crueles. Aullidos de lobo y disparos de cazadores interrumpen a ratos la voz del locutor. Un adolescente en pijama, arrebujado en su cama, contempla las praderas nevadas a través del empañado cristal de la ventana.

marcel dzama - flowers of evil - le bastart
History is there to serve our cause or Little flowers of evil

A media noche se levanta, toma un papel y empieza a dibujar. Siempre fue en horas intempestivas cuando Marcel Dzama depuraba el oído y pulía la imaginación, casi siendo capaz de escuchar el sonido de los murciélagos, que empezaban a llenar ya entonces sus dibujos junto con cazadores disfrazados de sus presas y osos disfrazados de cazadores protagonizando viñetas de refinada violencia.

Fue configurando una mitología personal e incluso fabricaba pigmentos propios, cuyo valor descubrió al derramar por accidente sobre un papel jarabe base para hacer cerveza casera. Ese color ocre extraído de la root beer añadiría un tinte añejo que se avenía bien con el aspecto extemporáneo de sus iconografías.

marcel dzama - beautiful blasphemy - le bastart
Beautiful blasphemy

Después se instalaría en Nueva York, y sus personajes empezaron a bailar, e incluso cobraron vida en bailes y performances. No dejaron los rifles ni los disfraces de arce, pero ahora venían a su encuentro majorettes, cabareteras, acróbatas… Sus colaboraciones con coreógrafos, confeccionando vestuarios para New York City Ballet, repercutió en sus dibujos, vídeos y esculturas, enriqueciéndose de referencias a los ballets dadaístas (sus bailarines con lunares de Death Disco Dance rinden claro homenaje a la Reläche de Picabia), a la Bauhaus (véase la influencia del Ballet Triádico de Oscar Schlemmer en las marionetas de Turning into puppets), a Duchamp y su fascinación con el ajedrez…

Para Dzama todo sigue partiendo del dibujo, aunque después tome forma de película, de diorama o de ballet. Ello se aprecia en la exposición Dibujando una revolución de La Casa Encendida. Aquí, junto al citado cruce de referencias a los ballets vanguardistas, nos encontramos con un artista más politizado, que consigna en la mujer el potencial revolucionario.

marcel dzama - let us go together without fear - le bastart
Let us go hence together without fear

Con su peculiar modo de absorber su entorno, canalizarlo y transfigurarlo en fábula, no podía sentirse ajeno a la xenofobia y el sexismo saliendo del armario en la era Trump. El Ku Klux Klan, el FBI y el KGB dan la bienvenida al presidente estadounidense, mientras en otro dibujo una mujer desnuda mea sobre su cabeza.

La revolución femenina nos saluda desde la tierra del murciélago (Greetings from the land of the bat), bicho nocturno que revoloteaba ya en los sueños de infancia de Dzama y que ahora se alía con las mujeres, ambas criaturas intuitivas, vinculadas al misterio y el renacimiento, capaces desarrollar sentidos alternativos, de ver en la oscuridad.

marcel dzama - great gesture - le bastart
The great gesture became tragic

El poder sexual, el amor fou, la imaginación… está del lado de ellas, lo que les garantiza la supervivencia en un mundo de títeres movidos por falsos profetas y conspiraciones de burócratas.

Salteadores de caminos, bandoleros, guerrilleros, gángsters… maleantes y revolucionarios de todos los tiempos se someten unos a otros en escenas donde hasta los arces llevan una pistola en cada cuerno.

En el circo humano rigen el disfraz y la máscara, sean bailarines, nazis encapuchados o cabezudos de fiestas populares, luciendo estos últimos hasta tres rostros, recordándonos a la inquietante Hécate.

marcel dzama - farewell revolution - le bastart
Farewell revolution

Muchos de estos cabezudos trasladan al papel piezas de cerámica que el artista realizó en México, de modo que en sus danzas macabras se solapan el folclore local, el terrorismo internacional, la evocación del teatro de variedades, mitos arcaicos, e incluso del cartelismo soviético.

En la exposición madrileña se proyecta también la película Una danse des bouffons, con una trama disparatada como gustaba a los dadaístas, donde las mirillas de Etant donnés (aquella puerta tras la cual Duchamp había despatarrado a una mujer desnuda) nos lleva ahora a presenciar otro escenario: el reencuentro de Duchamp y su amante, la escultora María Martins (quien le había hecho de modelo para representar aquella mujer violada sobre un lecho de ramas secas). En el thriller de Dzama, Duchamp ha sido secuestrado y obligado a recitar sin descanso movimientos de ajedrez. Ella trata de rescatarlo, pero también es engañada.

marcel dzama - fallen fables - le bastart
The fallen fables. I like America and America likes me

Los personajes bufonescos bailan sobre una tablero de ajedrez, siendo éste un motivo reiterado en las historias gráficas de Dzama para ilustrar el incesante intercambio de papeles entre peones y reyes, las jugadas estratégicas de unos y otros, y la muerte como única ganadora posible.

Los grabados Fallen fables introducen un cambio de registro. Se embeben del sentido crítico de Los Caprichos goyescos, e incluso llevan leyendas extraídas de estas estampas (Enterrar y callar, Se repulen…), textos que denuncian la corrupción política y la hipocresía social, extensible a todo tiempo y lugar. Entre las fábulas fallidas, encontramos una referencia a Joseph Beuys y aquel performance en el que se encerró con un coyote salvaje tratando de “intercambiar roles con él” (I like America and Amerika likes me). En la lámina de Dzama, el coyote se queda pasmado ante la transformación del artista chamán en una vedette bailando el can-can.

marcel dzama - blue raincoat - le bastart
The famous blue raincoat

Dzama también añade consignas o locuciones a otros dibujos, no tanto para acotar la interpretación sino para abrir otras espitas. Por ejemplo, un poema de Leonard Cohen acude a nuestra memoria al leer el pie de texto Like a bat agaist a barn, y con él la alusión a la intolerancia y el fanatismo, a las mentiras que se hilvanan como relatos para reescribir la historia de un pueblo, negando la verdad de otros credos, leyendas que se excluyen unas a otras justificando el mutuo exterminio.

Algunos dibujos están realizados sobre papel perforado de pianola, como invitándonos a musicalizar esos bailes. Los suyos serían ritmos sampleados que, a juego con las ilustraciones, rescatarían fragmentos sonoros de aquí y de allá, de ayer y de hoy, compases de vals trágico con toques de cabaret, ritmos étnicos entre texturas minimalistas.

Anna Adell

marcel dzama - the fatal sister - le bastart
The fatal sister

marcel dzama - revolution - le bastart

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Marcel Dzama, Dibujando una revolución
se puede visitar en La Casa Encendida, Madrid
hasta el 7 de enero de 2018

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