El grabado y el erotismo entrelazan sus caminos a lo largo de la historia del arte: desde Las maneras ilustradas por Aretino y el grabador Marcantonio en pleno Renacimiento hasta la lujuria crepuscular de Félicien Rops, pasando por los aguafuertes menos publicitados de Rembrandt (monjes violadores, picantes escenas en camas con dosel…), sin olvidar las xilografías Shunga del periodo Edo, excelente maridaje de sexo explícito y refinamiento. Refinado y explícito pretende ser también el porno […]