Las muñecas de Miss Van no precisan de mecanismos externos para moverse, no demandan la mirada masculina para definirse, su erotismo nace y muere en ellas mismas. Amantes del transformismo y la mascarada, son conocidos sus escarceos con un sinfín de identidades prófugas: ninfas o brujas, condesas sádicas o niñas lúbricas, cabareteras o pastoras, quimeras o criaturas híbridas.
Empezaron en la calle, incitando a los transeúntes con sus ojos rasgados, pero pronto se filtraron en galerías y museos. El CAC de Málaga no ha querido ser menos, invitándolas a ocupar una de sus salas. En El viento en mi pelo, las musas de Miss Van siguen tan esquivas y fantasiosas como siempre, pero en algunas pinturas apreciamos una sensualidad vaporosa que nos recuerda a pintores rococó como Fragonard o Boucher.
Aunque ellas no encarnan pasivamente los sueños húmedos de ellos sino que como damiselas rebeldes escapadas de algún encorsetado baile de máscaras se desprenden de los ampulosos trajes cortesanos e inventan sus propios juegos de seducción, expertas en el estira y aflora entre la ocultación y el exhibicionismo.
Las poupées con las que esta artista francesa se dio a conocer, rostros cándidos estampados con boquitas de piñón a lo Betty Boop, ojos felinos y flequillos de flapper, adquirieron en un principio un tono afín al espíritu Lowbrow. Al aunar perfidia e inocencia sirviéndose de modelos pop para cuestionar lo femenino ahondó en lo que por esencia resultó indefinible.
De hecho, jugando con los clichés, forzándolos, los hizo estallar. Lobas, hechiceras, quimeras, mesalinas… se revelan como meros avatares fugaces que se apropian del estigma de la femme fatale para extraer de él su fuerza. Del mismo modo, explora su contraparte, la nínfula escondida en los estereotipos de lo virginal y etéreo: sílfides, bailarinas con sus faldas de tul…
En cada serie, Miss Van ha flirteado con estéticas dieciochescas y movimientos pictóricos fin de siècle (el simbolismo, el cartelismo art nouveau, Degas…) por los que sus poupées han transitado libremente, sin detenerse, mariposeando de aquí para allá, haciendo del deseo fantasía y de la fantasía deseo.
Anna Adell
Exposiciones actuales:
-Exposición individual, El viento en mi pelo, en CAC, Centro de Arte Contemporáneo de Málaga, hasta 18 de septiembre del 2016
-Exposición colectiva, The Expulsion of the Limbo, Fousion Gallery, Barcelona, hasta 20 de julio del 2016