La superstición, la ignorancia, la hipocresía, la gula…, no había vicio o estupidez que no fuera objeto de burla en refranes y proverbios, a su vez, trasladados a la plástica por pintores flamencos del Renacimiento. En las aldeas pintadas por Pieter Brueghel El Viejo la cordura sería un exotismo mal comprendido mientras que El Bosco (devoto y lisérgico a partes iguales) fusionaba el dicho popular el mundo es un carro de heno con la advertencia de Isaías: toda carne es heno.
Martínez Cánovas también glosa refranes en dibujos y pinturas cargadas de ironía. Sus retratados sufren crueles exorcismos: echan sapos y culebras por la boca, los cuervos les sacan los ojos… Si miráramos con lupa algunas pinturas antiguas repletas de personajes, frescos y polípticos que representaban el Juicio Final con los condenados a punto de caer en las fauces abiertas de Lucifer, quizás encontráramos algunas fuentes de inspiración de este artista murciano.
Pienso en los condenados del Beaune Altarpiece de Van der Weyden, pero también en la envidia de Giotto personificada en una anciana que vomita serpientes (Capilla de los Scrovegni en Padua). Y pienso, por supuesto, en El Bosco y Brueghel ante su despliegue de rostros transfigurados por el desbordamiento de las pasiones.
1-Juanjo, en tu última exposición individual, comisariada por Ricardo Recuero, mandatarios de distintos países están caracterizados con los mismos animales que en el grabado de Brueghel “Los siete pecados capitales” (1556) simbolizaban los vicios humanos (el cerdo, la gula; el sapo, la avaricia; el oso, la ira…), aunque también te permites claras licencias iconográficas. ¿Un cóctel de sátira política, bestiario medieval y Lowbrow?
Efectivamente hay un buen cóctel. Antes de esta exposición Inferus Vacuus Est donde podemos encontrar esta serie de lideres políticos representando los pecados capitales, he estado trabajando desde 2015 con los conceptos de “metamorfosis, híbridos o transmutaciones”, siempre aplicadas al genero animal y humano. En el mundo del arte es evidente mis influencias de Brueguel, El Bosco o Pieter Huys entre otros. Pero también me influyen artistas contemporáneos y el cine de ciencia ficción y terror de los 90, que son una gran fuente visual.
Pero ha sido en esta exposición y con Ricardo Recuero donde he querido coquetear con el “lowbrow”. Es un género que vengo observando en los últimos años y cada vez me gusta más, pero no encontraba el momento de experimentar con él hasta este momento en el que la unión de la temática, la iconografía y las largas conversaciones con Ricardo se han encauzado en esa dirección.
Qué mejor manera de representar a una persona de manera grotesca y cómica que con este estilo, además utilizando como fuentes la Iconología de Ripa o la Emblemata de Alciato en muchas obras, pero también he cambiado algún animal y algún color como aportación personal.
Luego hay una serie de elementos contemporáneos como el logo de la famosa empresa de fast food en el cuadro de la “Gula” o el logo del European central bank en la “Avaricia” para aportarle a los personajes un símbolo de nuestros días. El conjunto es un estilo Lowbrow con un soporte medieval que hace un guiño al arte clásico cruzado con elementos contemporáneos.
Y de los personajes representados, te podría decir que me ha sido muy difícil atribuirles un pecado concreto ya que la mayoría pecan de casi todos. Pongamos el ejemplo de Trump: lo he representado como la “ira”, pero ¿acaso no hubiese funcionado con la “avaricia”, “lujuria”, “soberbia”…? Y así con casi todos.
2- Me llaman la atención obras que pones bajo el paraguas de “memento mori”, en las que el rostro asustado ante su propio deceso se funde con un cráneo descarnado, o bien aparece confrontado el yacente con su propio cadáver que lo observa como si fuera un espejo. Me recuerda la escultura funeraria del “transi tomb” (el difunto en proceso de descomposición bajo ese mismo cuerpo reducido a huesos). ¿Te inspiras en esta tipología medieval?
Si te soy sincero te diría que sí y que no. La obsesión por la muerte me viene de una temprana edad, surgió de forma natural y sin ningún tipo de trauma. Mi madre conserva una acuarela que realicé con 6 o 7 años de una calavera, y recuerdo que desde aquella época pensaba cómo sería mi esqueleto, si sería diferente del resto, si sería parecido mi cráneo a mi rostro y cuestiones de ese tipo. Por lo tanto es un pensamiento bastante “transi tomb” aunque desconocía la existencia de esta tipología medieval.
Fue posteriormente estudiando historia y ojeando libros sobre la temática cuando descubrí estas obras, y poco después en mi primera exposición individual en 2009 memento mori la artista y profesora titular de BBAA Lorena Amorós me escribió un texto muy interesante en donde citaba a Samuel Beckett y Clement Rosset aportando fragmentos literarios de sus obras muy interesantes y así descubrí cómo este género era tratado en la literatura.
3- En todos los casos, hables de las criaturas infernales que nos rodean, del tránsito a la eternidad (o a la nada), o de aquellos proverbios que hibridan hombres con aves o batracios, lo que ocurre siempre es algún tipo de metamorfosis. ¿Es la transformación una forma de enfrentar la angustia del vacío, del final?
Nunca me lo había planteado de esa manera, pero tiene bastante sentido. Muchas veces pienso en la tierra vista desde lejos como un trozo de alimento al cual le florece moho y va pasando por varios estados y todo está en continua renovación y evolución. Creo que tiene que ser muy parecido a ver un video de un determinado lugar de nuestro planeta que de manera estática recoja 200 años por ejemplo y luego lo visualicemos a cámara rápida en 10 minutos. Todos los seres humanos no serían los mismos, la vegetación tampoco, pero al final es lo mismo y todo proviene de los mismo. Con esto quiero decir que sí, que tienes razón al preguntar si la transformación es una manera de frenar la angustia de un pensamiento vacío y final.
4- Estás participando en la colectiva “Retóricas de la carne”, en el MUBAM ¿con qué obra? ¿En qué medida te identificas o compartes con los otros artistas incluidos en la muestra?
Para esta exposición he realizado dos obras. He retomado el tema de la muerte interpretándolo de manera mas académica. En estas dos obras hay un desnudo por cuadro, uno femenino y otro masculino. En el femenino he utilizado una modelo bien entrada en carnes que sostiene un cráneo en su mano y que invita a reflexionar sobre la idea y el concepto “memento mori”, pero en este caso lo he titulado In Ictu Oculi, que proviene de una expresión latina que significa “en un abrir y cerrar de ojos” y que Valdés Leal utilizó para titular una de sus magníficas obras.
Por otro lado, en el cuadro del desnudo masculino titulado Family tree podemos observar en primer plano al retratado iluminado en la oscuridad y por la parte superior del cuadro aparecen piernas como si personas estuviesen colgadas y en donde quedan los cuerpos totalmente fuera de plano. Por lo tanto juego con el concepto “árbol de familia” y le doy un giro haciendo que un supuesto árbol sea el lugar de donde cuelgan esos familiares.
La mayoría de los artistas que participan en esta exposición tienen como leitmotiv el cuerpo humano y gran parte de ellos no lo trabajan desde la belleza. Podemos ver la obra de Enrique Marty, Santiago Ydañez o Jon Ander del Arco, entre otros, y observamos que lo grotesco, lo perturbador y lo inquietante está presente en sus obras. Yo comparto totalmente esa visión y me siento bastante identificado.
Entrevistado por Anna Adell
Retóricas de la carne · El cuerpo como experiencia
Museo de Bellas Artes de Murcia (MUBAM)
en exposición hasta el 17 de junio 2018